viernes, 14 de mayo de 2010

Lo nuevo del cine mexicano



En los últimos años, la cinematografía mexicana ha encontrado mayor cantidad de apoyos en cuanto a realización, fondos, exhibición y distribución de la producción que actualmente se realiza en México, pero no únicamente al interior de la República, también en el extranjero.

Alberto Resendiz Gómez , cineasta egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos , ha realizado un cortometraje titulado Susurros de Luz , que cuenta la historia de Gerardo Nigenda, un hombre que perdió la vista a los 26 años y a los 32 comenzó su carrera como fotógrafo, siendo muy exitoso.


Este cortometraje muestra que no es necesario tener la vista para crear productos visuales, pues ellos más que estar vinculados con los sentidos, están vinculados con lo que uno es y siente.

En torno a sus trabajos nos habló un poco sobre su perspectiva, opinión y experiencia a propósito de la distribución de sus materiales cinematográficos.

A/A: ¿Cómo ha sido tu experiencia en las diversas etapas de la producción del cortometraje como estudiante de una carrera de cine?

ARG: Pues yo puedo hablar sobre mi experiencia dentro del CUEC, pues ayuda a los alumnos a asegurar la realización del proyecto, evidentemente, la difusión y la promoción. La escuela te provee del 80 por ciento del proyecto, aproximadamente, en términos de que proporciona cámaras, películas, sistemas de edición, revelado, apoya con cartas para que puedas tramitar ciertos permisos para filmar y nosotros debemos pagamos lo que necesitamos de la producción, como vestuario. El CUEC es una gran cobija, es una gran beca. Los mismos alumnos podemos adaptar el presupuesto para que la producción sea más asequible.

A/A: ¿Qué apoyos ofrece a sus alumnos el CUEC en términos de distribución?

ARG: Aunque no existe una gran ventana al cortometraje a nivel comercial en México, sí lo existe para el cortometraje estudiantil, porque hay festivales que tienen sus secciones, como el de Morelia y Guadalajara o independientes como el festival del Cine en las Calles o expresión en corto. Se crean pequeñas redes entre esos festivales que están en vinculación constante con las escuelas y, por ende, se presentan los trabajos, es así como la exhibición está de alguna manera asegurada para los estudiantes del CUEC y del CCC.

A/A: En cuanto a distribución en el extranjero ¿El CUEC tiene un departamento especializado para asesorar a los alumnos sobre qué convocatorias son las adecuadas para el estilo de su cortometraje?

ARG: Los festivales en el extranjero se manejan con base en convocatorias abiertas en donde invitan a las escuelas para que presenten sus proyectos, es así como el mundo de la cinematografía se mantiene al tanto de lo que se está produciendo en nuestro país, ganen categorías o no.

A/A: En el caso de los distribuidores, ¿cómo es que ellos tienen contacto con sus producciones?

ARG: Pues a través de los mismos festivales se crean redes, a veces los exhibidores o programadores de otros festivales ven los cortos, les interesa llevarlos a sus países y le hacen una invitación a las escuelas para que dichos cortometrajes lleguen a otras salas.

A/A: Al egresar del CUEC ¿existen muchas diferencias en cuanto a los apoyos que la misma institución otorga y cuál es la diferencia en el campo laboral respecto al estudiantil?

ARG: Noto que el CUEC, y supongo debe ser similar en el CCC, introduce al estudiante de una manera más directa con el medio, de alguna manera es un poco sesgado, no es tan abierto porque la gente que trabaja en él es gente que se ha hecho dentro del medio y con el paso del tiempo. Cuando uno va a dar el paso profesional ya hay una vinculación por parte de las escuelas con el medio laboral porque ya la gente se conoce en el medio, eso favorece al estudiante. Incluso, hay estudiantes de generaciones mayores que te llaman para proyectos externos suyos, justo eso es lo que me está ocurriendo, estoy trabajando con un egresado del CUEC, Juan Manuel Sepúlveda que está levantando su segundo largometraje, llamado Las imágenes rotas.


viernes, 16 de abril de 2010

Conflicto Saharaui

Parece increíble pensar que en pleno siglo XIX existen personas que aún padecen de gobiernos autoritarios, de persecuciones constantes, de arrestros arbitrarios, intimidación, tortura, así como negación de las libertades de expresión y de libre tránsito. Todo lo anterior es lo que vive la comunidad saharaui hasta nuestros días.

Un ejemplo de ello es que en mayo de 2005 por falta de resolución a la ocupación marroquí en el Sahara Occidental, miles de saharauis salieron a manifestarse pacíficamente pero fueron reprimidos a golpes y detenidos en la cárcel negra marroquí donde esperan un juicio político por traicionar a un gobierno que no es el suyo.

A pesar de que hace más de 30 años se constituyó como una República democrática, sus vecinos (tanto Marruecos como Argelia y Mauritania) no han permitido que sea un pueblo constituído autodeterminadamente por intereses económicos y políticos. Lo peculiar en este caso es ¿Por qué en la comunidad internacional nunca ha planteado un boicot en contra del gobierno de Marruecos?

Una de las razones es que la vertiente política del conflicto rara vez tiene presencia en los medios de comunicación de todo el mundo, en México por ejemplo es una causa prácticamente desconocida; de aquí la importancia de difundir esta información.

Algunos datos y sus implicaciones.


Para entender las implicaciones del conflicto hay que señalar, antes, unos datos:

El desierto del Sahara ocupa una superficie total de 9 millones 65 mil km cuadrados, es decir, más de 3 veces el territorio de México. Es un territorio que se extiende a lo largo de 11 países: Argelia, Túnez, Marruecos, Mauritania, Malí, Níger, Chad, Egipto, Sudán, Libia y, por supuesto, el Sahara Occidental. Mapa

Como se observa en el Mapa, el Sahara Occidental se encuentra en la costa del océano Atlántico lo que lo convierte en uno de los países del desierto del Sahara con mayor riqueza natural en el ámbito pesquero con más de 1 000 km de costa; ésta es la principal razón por la que es un territorio en disputa.

El gobierno marroquí es el principal responsable, pero es tan culpable por su intransigencia como lo es el silencio cómplice de países aledaños por los intereses económicos y políticos, que desencadenan violación de derechos humanos en las zonas ocupadas del Sahara Occidental; así como el gobierno español por traficar con armas que le venden a Marruecos para que con ellas reprima al pueblo saharaui.

El Sahara Occidental fue colonia española durante casi 100 años, nombrado el Sahara español, después de que los saharauis fueran timados al firmar un aparente acuerdo pesquero en 1884 que realmente los llevó a ser una provincia española hasta 1976 cuando se constituyó con el nombre de República Árabe Saharaui Democrática después de la marcha pacífica llamada la Marcha Verde


Hoy es uno de los dieciséis territorios no autónomos bajo la supervisión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, lo curioso es que cuando se pretende abordar temas sobre el conflicto saharaui la ONU es quien deja de financiar dichos proyectos.

¿qué pasa en la actualidad con el territorio?

Actualmente Marruecos construyó un muro de defensa marroquí, mejor conocido como el muro de la vergüenza. Este muro es una gran muralla con una longitud de 2, 500 km y protegido por 160 mil soldados armados, tiene 240 baterías de artillería pesada, más de 20 mil km de alambre de púas, miles de vehículos blindados y millones de minas antipersonas, prohibidas todas ellas por protecciones internacionales, que lo único que ha provocado es dividir a un pueblo completo. Este crimen contra la humanidad dio inicio desde 1980 y ha cobrado muchas vidas saharauis en uno y otro lado del muro.



Con la partida de los hombres al frente de guerra, la mujer saharaui ha desempeñado un papel importante en la creación de las estructras política y administrativa de la República Árabe Saharaui Democrática, así como en los sectores de salud, educación y producción económica.

La lucha de liberación, que exigía la mobilización general, ha hecho de la mujer saharaui la base de su organización, y la población misma les reconoce su fortaleza tan necesaria para resistir las extremas condiciones del exhilio con tormentas de arena constantes, con la reutilización de materiales para la construcción del patrimonio donde incluso no hay desechos que utilizar, en medio de un lugar donde no hay ingresos monetarios por un trabajo que, además, es excesivo y por proclamar los principios de una comunidad democrática única, pues justo ahí -donde no hay absolutamente nada- es donde crece con mayor intensidad el sentido humanitario.

Una nación hermana...

Más de una de estas condiciones nos hace pensar en lo que viven los pueblos indígenas en nuestro territorio y es aquí donde cabe señalar que la lucha o adhesión a una causa no suple a la otra.

El Sahara Occidental es una nación hermana de México; a los mexicanos nos une la causa saharaui a partir de los principios de autodeterminación e independencia que nos dieron origen y sentido como nación, además del idioma -pues los saharauis son los únicos árabes que tienen como lengua madre una lengua hispana por haber sido colonia española-, la misma colonización española, la intervención francesa y últimamente la amenaza de la construcción de un muro que en el territorio saharaui ya existe y que divide a miles de familias.

México fue una de las primeras naciones que reconoció el Estado Saharaui desde 1979 basándose en la Doctrina Estrada, apoyando así la voluntad de este pueblo para lograr la soberanía de su territorio.

Los logros diplomáticos para este territorio son muy grandes, por más pequeños que parezcan como por ejemplo el otorgado por la Asociación de Derechos Humanos de España que concedió el premio de los derechos humanos al frente polisario en el 2005 por su trabajo político y de resistencia permanente a lo largo de 33 años en favor del derecho de autodeterminación de un pueblo colonizado, pero este reconocimiento sólo se dio a través de una carta dirigida al presidente de la RASD, Mohamed Abdelaziz.

La República Árabe Saharaui Democrática está amparada ante una amplia red internacional de solidaridad. Cada año un comite de asociaciones de apoyo de todas partes realizan acciones encaminadas a brindar ayuda humanitaria, aunque también se dan a la tarea de informar, comunicar y ejercer presión en el terreno político para que la comunidad internacional apoye a la solución definitiva del conflicto.

Existe mucho por hacer y conocer entorno a este conflicto armado que lleva más de 30 años y del cual muy poco nos hemos enterado, por lo que los invito a acercarse a la
Asociación Mexicana de Amistad con la República Árabe Saharaui para que conozcan más sobre este interesante tema.